El dolmen ha desentrañado una de las mayores incógnitas de los últimos años: Hace cinco milenios Castilleja de Guzmán y el entorno del Aljarafe era una dehesa arbolada, muy parecida a la que hay actualmente en la comarca de la Sierra Norte. No se trata de pruebas circunstanciales, como podía ser la aparición de piezas de marfil representando a cerdos y bellotas. El análisis polínico realizado en el dolmen y su entorno ha puesto de manifiesto que en la zona no se había cultivado trigo, como se pensaba a priori, sino pino, chaparro y fresno, lo que corrobora la teoría de que tenían un hábitat adecuado para subsistir de la ganadería y sobre todo del cerdo.“Todo hace pensar de que esta población tenía un excedente de producción que no se vinculaba a la cosecha de trigo, sino a la explotación de este bosque", manifestó el arqueólogo Álvaro Fernández Flores, cuyo equipo ya ha encargado un último trabajo para respaldar sus conclusiones: coger los huesos hallados hasta la fecha y someterlos a un estudio de paleo dieta. Es decir, saber qué es lo que comía la población enterrada en el dolmen de Montelirio. De ahí se extraerá si se alimentaban de carne o de cereal.Los trabajos en el dolmen de Montelirio están a punto de finalizar. En esta segunda fase, además de estas hipótesis, se ha descubierto que el yacimiento es más antiguo de los que se sospechaba. Las pruebas del carbono 14 practicadas a dos cuerpos hallados en 2007 no dejaron lugar a dudas: el dolmen no es del 2300 antes de Cristo, sino que tiene una antigüedad cercana a los cinco milenios. Ese cálculo no se realizó en ninguno de los otros del Aljarafe, cuyas excavaciones se hicieron hace décadas y, por tanto, no tenían los recursos que existen en la actualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario