jueves, 10 de noviembre de 2011

VINCULOS DE TOPÓNIMOS DEL CAUCASO CON LA PROTO - ISPANIA




En relación a la situación geográfica, en la vertiente sur, están las kartvelianas lenguas. O sea, la muy central lengua georgiana y muy estrictamente kartveliana. Y en plan de muy arcaicas lenguas de la familia, la lengua de los muy montañeses svanos al arrimo del gigante monte Elbruz —con sus cantos polifónicos que llegan de tiempos muy arcaicos, con sus muy defensivas aldeas en las que cada casa era una muy alta torre— y el grupo lingüístico de los san o chan con la lengua de los mingrelios con la influencia de los svanos gigantones. Y con la lengua de los lazes o chanos residuales —con la madre del gran Estrabón incluida en el asunto— con sus chanas corridas de toros en sus aldeas, en las montañas turco-asiáticas al arrimo de Armenia —algo más abajo está el altísimo y siempre nevado sagrado monte Ararat, previamente Ururut, y en el que de piadosa tradición el asunto del patriarca Noé y su nave-arca y su diluvio— y que no menos enlazadas con las tierras de Georgia. En fin, de las lenguas de estas gentes y en su fase precaucásica se pueden encontrar todavía prerromanos topónimos e hidrónimos. Valga el sufijo -jet en la lengua svana para los nombres de ríos. O sea, y en concreto, el río Odiel, el río Gabriel, y otros. Por otra parte, el Emeretja mingrelio nos remite al Emérita, que finalmente Mérida, en las atartesiadas tierras túrdulas o túrsulas, y que finalmente fué Extremadura. 





Y valga el que, y como sufijos para de topónimos derivar lo que llamamos nombres gentilicios étnicos o no étnicos, los característicamente muy demasiado georgianos sufijos -etani y -ulj o que un 


-etanos y un -ulos si castellanizados. Y al respecto lo de turdetanos o tursetanos para significar tartesios. Y lo de túrsulos pues más o menos para lo mismo. O pongamos que para atartesiadas gentes, y puesto queda. No menos pongamos que del tal lingüístico substrato ibero-peninsular misterioso —los vocablos que en los diccionarios etimológicos asoman de origen incierto o así el cuché al respecto— aflora a superficie en la lengua española la palabra susto y que remite en directo al susti en la lengua georgiana y para significar lo mismo: repentino miedo y sobresalto. O valga también el que en la georgiana lengua el nombre de su capital Tbilisi, en torno al millón de habitantes o ya rebasándolos, y que un Tifflis en la fonética aproximativa euro-versión del tal nombre, pues a mí bien me suena al misterioso nombre de Sevilla en hispano-indígena versión prerromana y en paralelo con su no menos prerromano nombre de Hispalis -que las ciudades lo mismo que las etnias tenían tanto un nombre oficial o exoétnico como no menos un endo-étnico o nombre indígena, un sobrenombre en suma— y por vía de un Tsibilia o similar, con el iberogeorgiano -ilisi remitiendo en directo al peninsular ilis ibero para significar ciudad. Con o sin la otra Sevillla en el sureste del Cáucaso —ahora el Azerbeiyán persa— al arrimo del surcaucásico gran lago Urmea, ortográficamente una Zaviye que fonéticamente una Seviye. O la Sevilla de oro porque arqueológicas ruinas en las que exhumados muchos tesoros de oro. Y con el nombre del lago pues que demasiado homófono con el vasco Urumea, que al arrimo de la Donostia más o menos San Sebastián en la española orilla oceánica ya lindando con Francia. Unido el tal pues Tsibilia asunto sevillano a que, y desde la tal perspectiva, el presuntamente arábigo -quivir metido en el bastante arábigo nombre del río Guadalquivir —tras la hipotética y mítica, que no certificada invasión islámico-arábiga a comienzo del siglo VIII, y previamente río Tertis o río Betis— pues más bien parece remitir en directo al kviri georgiano, quedándole lo del Guadal- como añadido arábigo. Al respecto, la georgiana filóloga Kobakhadze, muy especializada en estas arqueologías lingüísticas hispano-georgianas, e incluida la kartveliana lengua mingrelia como lengua-clave ibero-peninsularmente, o cosa similar. 


O en fin, concuerda el -kviri georgiano con lo de que, en los pre-cristianos georgianos, Kviria era el dios grande, el dios-sol. Y ha venido siendo kvira el día grande de la semana, el domingo. Por otra parte, el nombre de Méshketa —la antigua capital georgiana, y corazón de la georgiana Iberia— pues como que remitiendo al vasco Amézketa, topónimo y apellido. Y con o sin meter en el asunto a los ibero-peninsulares y proto-murcianos mesh o meshesh que en plan massienos o mastienos —y alguno llegará a faraón de Egipto— van a damos la lata en próximos capítulos. Ignoro silo del dios Kviria, fálico de la fertilidad, remite a los ibero-peninsulares y fálicos kipos o cipos. Que tan peninsularmente iberos si teniendo en cuenta que según greco-romana fuente ilustre —creo que Diodoro Síkulo— los peninsulares iberos erigían inhiestos menhires fálicos como solemne memorial tras la muerte de un caudillo. Y exhumados arqueológicamente y arriba del suroeste ibero-peninsular —en tomo a la pre-romana Ebura que finalmente la Evora portuguesa— funerarios cementerios de los tales cipos. A veces, enormes y gruesos falos. Y otras veces tranquilamente cipotillos que no sé si en plan de tenebrosa regresión cultural. Pues el asunto de que entre los eburos y los kviros pues muy bien pudiera ser que, y en pre-romanos y tartesios tiempos, el nombre del río Tinto y el muy fundamental río de las tartesias grandes minas del cobre —con el que, y con el estaño, fabricar el no menos fundamental bronce— y que con sus hiberes diferenciados de los tartesios, o al menos así en el siglo VII a.C. y en el massaliota periplo pues fuera igualmente el nombre de río Kviro, igual que con respecto al Guadalquivir. Y con el gutural fonema K evolucionando luego fonéticamente hacia una inicial aspiración gutural en el vocablo, y que con la no menos inicial H en el Hibero y el hiberes pues que muy bien significada. Y por otra parte, y de alguna de sus fuentes, Estrabón recoge el dato de que era de estos hiberes de los que resultó el nombre de Iberia, que finalmente englobó a toda la península y no de los iberos hispanos-orientales con su gran río Ibero, que finalmente río Ebro, y que así sigue. 

O sea, que a lo que parece una cosa fueron hiberes y otra cosa fueron iberos. Y así al respecto y diferenciándolos tajantemente algunos especialistas de Historia Antigua, y hasta no hace mucho. O valga que largándoles hilo a los iberos georgianos en su georgiana Iberia en la que la vascoide Méshketa en plan de muy arcaica capital. Y un poco más arriba en el mapa, la larguísima y estrecha garganta roquera e impresionante desfiladero por el que el río Terek -bastante homófono de lo de Teruel y lo del gerundense río Ter— fluye hacia el norte, desde la georgiana región de los hebsuretos y tras nacer al arrimo de la cabecera de un río Argui, con nombre que como que tirando hacia los de los hispanos ríos Arga y Aragón. Desde antiguos tiempos, al tal desfiladero —la única forma de pasar de la vertiente-sur a la vertiente-norte en la cordillera del Cáucaso— se lo ha venido llamando las Puertas de Iberia. Y no sé si por la Iberia georgiana en la vertiente sur o si por los everos o avares de la vertiente norte. O si por ambas cosas, que también ser pudiera. Valga de paso el que para mí yo estoy en que lo de los hebsuretos o hepsuretos, un más o menos jepsuretos fonéticamente, lleva en su nombre al de los legendarios gigantes japetos y por vía de una previa aglutinación consonántica a mitad de un hapsretos o que esto de las fonéticamente intrasladables aglutinaciones consonánticas es muy propio de las caucásicas lenguas. O en fin, que el japeto y legendario gran héroe Prometeo famosísimo —que borrosamente en el ámbito del estrecho de Gibraltar les robó el fuego sagrado a los olímpicos dioses— era el gran héroe de los georgianos hebsuretos pero en su georgiano nombre de gran Amirani, y especie de gran demonio para los arcaicas y georgianas gentes. Sobre poco más o menos el maligno gran dios Ajriman en la religión del fuego sagrado. Que sobrevive en los zoroástricos y ex-persas parsis de Bombay. Y que también campeó en las georgianas tierras en romanos y preromanos tiempos. Y dicho sea de paso, el gran desfiladero de las Puertas de Iberia los romanos -que hasta allí llegaron ejércitos romanos— se lo tapiaron en su tramo más estrecho con una gran muralla de piedra. 



En fin, y abreviando, que en las caucásicas tierras asoma muchos arcaicos topónimos que también muy arcaicos en la ibérica península. Y que del kartli georgiano, que es el nacional nombre con el que los georgianos se autodenominan en su georgiana lengua, sale un hilo directo que lleva al origen del nombre de keltic o asunto celta pre-gaélico y pre-galo. Con o sin meter en el lote el que variante del muy antiguo nombre Tertis para el río Guadalquivir fue el de Kertis. Y asunto en relación con la muy central Kortypa o Kordypa —refundada por los romanos— y que finalmente Córdoba. O sea, que el nombre de keltic o kertis viaja desde el sur hacia el norte en el Oeste atlántico europeo. Y no al revés, que es lo que académicamente se ha venido perorando. Y parece como que se lo apropiaron los proto-irlandeses gaélicos —y los transpirenaicos galos— y que apropiándoselo siguen con sus fantasmales identidades celtas y músicas celtas. Y que, en cuanto a que celtas, pues más falsas que Judas. En fin, lo del kartli igual al keltic pues lo tomo del filólogo Dr. Karst, profesor emérito en la universidad de Estrasburgo, y muy especializa do en arqueologías lingüísticas. De la introducción a una Historia de Georgia le tomo el tal dato, y del georgiano historiador Manvelichili la tal historia.
Fuente:Miguel Romero Esteo

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